Iba caminando con mi paraguas, cuando veo una hermosa chica refugiada en una esquina, empapada. Nos miramos, y cuando finalmente paso a su lado, me dice: - disculpame, ¿me podrías acompañar hasta la próxima avenida?... No tengo paraguas...
La contemplé algo divertido, y le dije suavemente: - sí, claro.
Ella enredó su brazo en el mío, y caminamos en silencio las dos cuadras; el sonido de las gotas hablaba por nosotros. Cuando llegamos a destino, nos volvimos a mirar un instante, y la besé tiernamente en los labios. Luego se alejó, y no la ví nunca mas.
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1 comentario:
Esto es verdad o te lo has inventado?
Saludos
Fran
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