1
Hagamos una sumatoria de las millones de vidas humanas que han habido desde los inicios hasta el presente, y convirtamos el resultado en una única vida.
2
Entonces veremos que tuvimos una infancia muy dura, oscura, hemos sido siempre virtualmente huérfanos, abandonados, arrojados al mundo (como diría Kant) y hemos vivido temerosos bajo la mirada vigilante de el o los dioses, manejados por los hilos invisibles de lo que los griegos llamaban La Moira.
3
Llegamos dúramente a la adolescencia en el Renacimiento, nos sentimos emancipados de Dios, y por lo tanto libres y autónomos.
4
Nietzsche terminó de confirmarnos que Dios no existe, que ha muerto, aunque antes Newton ya venía perfilando en esta línea de pensamiento.
5
Ahora hemos tomado el mal camino, somos exesivamente soberbios (ya vimos a mitad del siglo veinte el resultado de un exceso de iluminismo); confiamos tanto en la ciencia y la tecnología como si fuera una adictiva droga.
6
En algún momento ocurrirá el movimiento filosófico en donde pasaremos de adolescentes a adultos... aunque con la vida desenfrenada que hemos llevado hasta ahora, se ve muy complicado.
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