La verdad es que la gente se queja, insulta, amenaza, discute... ladra mucho como un perro Pekinés a un Rottweiler, con rabia y fuerza, agudo, pero a una distancia segura.
Si tiene que retroceder lo va a hacer, aunque va a seguir ladrando. Si nos suben los precios, nos roban la plata de los bancos, seguimos ladrando, pero a distancia.
Hay mucho para hacer, y se necesitaría de un LÍDER que canalice toda la fuerza positiva y democrática de la masa. Hace falta una buena revolución.
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