A veces uno busca un libro, y a veces, estando en ello, una bufanda de oro lo encuentra a uno.
O sino, pueden oirse a veces armaduras fabricadas por Hefesto; siglos más adelante, hechas de cacharros arriba de un caballo raquítico.
Quizás entrever un hacha escondida en un saco, junto con el amanecer de la psicología.
Aún así, lo escencial...
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